La tristeza que tu ausencia provoca
es un sentir profundo de zozobra,
como espina que mi corazón toca
el silencio acongoja, la pena obra.
Silenciosa cae la pesadumbre
por la muralla bruna de amargura
y mi mente rebosa incertidumbre
tu lejanía colma de bravura.
Toda luminiscencia se oscurece
en el encierro lúgubre del alma.
¡Que no regreses…! Temor que aparece
y me roba despiadado la calma
¡Es mi corazón quien te necesita!
¡Vuelve, vuelve; así mi alma resucita!
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