Rehuyendo
Por qué este silencio que ensordece y se agiganta en mis adentros, como herida doliente permanece y se instala aquí en mi pecho.
Por qué de tu mirar me privas que es lo único que me aquieta, únicas caricias compasivas que recibe mi alma inquieta.
Por qué de tu sonrisa me despojas si es la luz que mis sombras ilumina, no tenerla me llena de congojas clavadas como lacerante espina.
Por qué me dejas en la incertidumbre de tu lejanía, silencio e indolencia, y me dejas con la inmensa pesadumbre de llorar el tormento de tu ausencia.
Irene Vergara (Nené)Derechos de Autor 2009 |
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