viernes, 28 de mayo de 2010

EMELINA a tu recuerdo



Tengo la tristeza de tu partida
enclaustrada en mi corazón,
como una daga incrustada
inclemente duele; lastima…
¡Y me niego a admitirla!

Fue anticipado tu viaje sin regreso,
y mis manos vacías
de tu ternura se quedaron…

Evito recorrer tu morada
y respirar el vacio de tu ausencia…
aquí me quedo, suspendida en el ayer,
cuando sin verte, sabía que existías,
que bastaba emprender el camino
y en tus brazos me encontraría.

Fundida en tu pecho como niña,
¡Entrega sublime de amor filial!
Alcanzamos la plenitud de la vida
compartiendo risas y llantos,
gozamos la algazara de los hijos
en feliz regocijo maternal.

Fuiste Madre, Amiga, Hermana.
Mi equilibrio afectivo…
con tu proceder equitativo
me enseñaste a ser incorruptible.
Había en ti ¡tanta benevolencia!
Tanta dulzura para entregar
y encaminar por los senderos de la vida,
destorciendo los mal emprendidos.

¡Cuánta mansedumbre! habitó en tu alma
buena y transparente; piadosa.
Generosidad heredada y entregada
con humildad… con sencillez…
con la facilidad a flor de piel…

Como extraño tu mirar sereno
escudriñando mi corazón atribulado
para poner tu hombro fraterno
y recoger mis lamentos… mis lágrimas.

Como éstas...
que hoy derramo en estas letras,
evocando tu recuerdo…
Con la gratitud y mi sentir consternado
en conmemoración a tu pronta partida.

Dos otoños acumulando hojas de tristeza,
deshojando tu ausencia inadmisible,
extrayendo la savia de tus recuerdos
que nunca, ¡Nunca morirán en mi corazón!


* 9 de Mayo 2008 *
"A Mi Hermana"

Irene Vergara
Derechos de Autor
2010

A TU RECUERDO



En silencio, hasta tu cuarto a rememorar vengo,
busco la esencia etérea de tu ser amado
entre las cosas que con devoción aún conservo.

¡Cuanta nostalgia cuelga de estas mudas paredes!
La tristeza impregnada del último momento
ha quedado enclaustrada en los gélidos rincones.

Madre, deja expresarte con este hondo sentir
la pena incomparable, tenaz... única e intensa.
¡Deja que grite ahora! en este silencio, mi llanto.

He encendido la llama de todos mis recuerdos,
remembranzas de ternura, de alegría y gozo;
la dulzura infinita que en mimos me entregaste.

Te traigo la fragancia del rosal que plantaste,
para suplir en parte, tu aroma generoso
vertido con terneza a lo largo de tu vida.

¡Cuánto vacío deja la perdurable ausencia!
Ahora, ¡cuánto frio siento! recostada en tu lecho,
ayer tibio de vida, templado con amor.

Añoranza de tu voz, que calma mis tristezas,
nostalgia de tus manos, alivio de pesares
y del cálido abrazo; refugio de niñez.

Si tan sólo pudiera… ¡darte un beso Madre Mía!
y sentir en mi frente aquellos benditos besos
para que suavemente mitigues mis dolores.

Me duele no tenerte, no verte, no tocarte.
¡Pesar infinito que no acaba…! ¡Se hace eterno!
Como eterno también es y será, ¡Mi Amor por Ti!


Irene Vergara
Derechos de Autor
2010



domingo, 2 de mayo de 2010

ESSENCE... d'Adrianne





Al evocarte sahúmas suavemente mi espacio,
perfume de magnolia mágico y placentero
se dispersa en el aire; penetrante... despacio,
almizcle de tu esencia... sutil y duradero.

Te esboza la silueta el reflejo de la luna
y mil estrellas brillan en tu dorado pelo,
fragancias etéreas que van dejando una a una,
palabras con cariño que en el decir desvelo.

Perdida tu figura en aquel jardín secreto,
refugio de quimeras ; florecen de tu mano
hermosas orquídeas de pigmento concreto,
como estas simples letras, que con cariño afano.

Sutil aroma dulce de tu espíritu inquieto…
¡Semilla que germina poético soneto!



Irene Vergara
Derecho de Autor
2010

DESALIENTO

DESALIENTO




¡Negro es mi aposento!
Renegrido el manto
que cubre mi espanto.

Sombras que circulan,
se alargan y se cortan
salpicando vesania.

¡Borrascas de imágenes!
Bufonescas e irreales
que la negrura absorbe.

Zozobro en el tálamo.
Inhumación nocturna
donde yace mi delirio.

Tu lumínico contorno
emerge circunspecto,
desprovisto de esencia…

Coexiste en otro espacio,
que te encadena…¡ perpetuo!
al eslabón que ata.

Aleteo por alcanzarte
y exhumar los despojos
de la alegría perdida.

¡Atiza mi existencia!
¡Alumbra la oscuridad
del socavón de mi manía!

Tanto amor, dilapidado…
iniquidad absoluta, paradójica
a la voluntad divina.

Rescátame de la oquedad…
del derrotismo, de vivir …
sin tu presencia, ¡No quiero!



Irene Vergara
Derecho de autor

2010