¡YO TE AMO!
¡Te amo!
Cuando descubro en tus ojos pardos
ese resplandor de esperanzas nuevas
que palpitan en tu tierno corazón…
Cuando la sonrisa que ilumina tu rostro
suaviza las tristezas y los temores que ocultas
envuelto en el silencio de las noches…
¡Te amo!
Cuando se rompe el letargo de tu descanso
y te levantas orgulloso para emprender el día
forjando el futuro próspero a nuestras vidas.
Cuando sueñas con esa convicción tan propia
para concederme alegrías insospechadas
que regocijan mi corazón extenuado…
¡Te amo!
Cuando se nos esconde el sol tras la aflicción
porque en tu mirar encuentro la fortaleza
que me mantiene a flote en las aguas turbulentas.
Cuando me cobijas en tu pecho benefactor
y redimes mis angustias en un fuerte abrazo
que me aterriza en el centro de nuestra realidad.
¡Te amo!
Cuando miro desde lejos tu figura varonil
con esa gallardía que atrae y enamora
conquistando con sutileza a tu alrededor.
Cuando me hablas con tu voz melodiosa
y te escucho elocuente y convincente
como me instruyes de las buenas nuevas.
¡Te amo!
Por la benevolencia que hay en tu alma,
por la audacia y la sensatez que te caracteriza
y por esa ecuanimidad que me otorga paz.
¡Si, yo te amo!
Con ese amor insustituible y fundamental.
¡Con ese amor congénito e inherente!
¡Con el amor que sólo una madre sabe dar!
Irene del Carmen Vergara
10 de Junio 2011
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