viernes, 2 de diciembre de 2011

TÚ, MI CÓMPLICE...



TÚ, MI CÓMPLICE




En tu mirada descubro la palabra silente,
esa que nos aproxima en la distancia y el tiempo.
Es el lenguaje que emana del alma enamorada
y se fragua al calor de un sentimiento verdadero.

Porque estando juntos, surge esa conexión afásica
de gestos y miradas que seducen y acarician,
descubriendo el afecto más allá de lo tangible
y nos ata con un lazo de amor indestructible.

El equilibrio y la paz que hallamos en la confianza
es el imán que incita la cercanía de los cuerpos
para sellar con un beso, el sentimiento que aflora
como un claro manantial de exquisitas sensaciones.

Enamorados, libres de formulismos externos
elaboramos ese ceremonial propio y único…
Plenos de júbilo nos conduce y nos hace cómplices,
¡Aliados! Compenetrados en perfecta sincronía.

Nos desnudamos de cuerpo y alma en la intimidad,
somos eternos amantes de defectos y virtudes,
y la melodía de siempre se oye diferente…
porque… ¡Todo es admisible en nuestra complicidad!



Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor