DESEOS
Hoy te amaré en mi inventiva,
en las sombras de mi cuarto
tu silueta desaparto
y la meto en el diván.
¡Te percibo delirante!
tu respirar se ha agitado
y te entregas subyugado
encendiendo tu volcán.
Te acaricio suavemente
con la punta de mis dedos
para despedir los credos
que tenemos al amar.
¡Besaré tu dulce boca!
¡Besaré tus suaves manos!
También tus cabellos canos
hasta sentirte temblar.
Llevaré mis pechos tibios
por el terreno de tu piel,
tan suaves como pincel
te pintarán de placer.
Mi boca sedienta de ti
como lasciva viajera
libará tu piel entera
hasta tu esencia obtener.
Y mis manos afanosas
tomarán el cirio que arde,
manifestación de alarde
de mi locura y pasión,
para libar el extracto
que emana de la apetencia,
de nuestra lasciva urgencia
por llegar a la fusión.
Exprimiendo el dulce néctar
¡Como un niño gemirás!
Balbuceando ¡Quiero más!
¡Oh, Bendita sensación!
Cabalgando en tu deseo
por los montes y llanuras
de tus cálidas tersuras
yo disfruto con unción.
¡Y tú!, ¡Tu mi buen amante!
vas galopando arrobado
con el ritmo acompasado
hasta tu carrera acabar,
inundando mis entrañas
de tu savia varonil
¡Oh, dulce lluvia de abril!
¡Nunca me dejes de amar!
Irene Vergara
Derechos de Autor
Septiembre 2011
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