domingo, 28 de agosto de 2011

La Plaza de la Abundancia






LA PLAZA DE LA ABUNDANCIA




Rompe el día en la plaza de la abundancia
y se va llenando poco a poco de algarabía,
¡Es el griterío que despierta al adormilado!
Voces que van llenando el cuerpo de energía.

En algún recoveco, las cenizas calientes todavía
denuncian el hospedaje de los miserables,
de los marginados que hacen de ella su hogar
y llenan sus estómagos y sus vidas vacías.

Humean tiritonas las teteras al fogón
y el vaho se eleva como esperanza al cielo,
una mezcla de sabrosas aromas se impregnan
y condimentan el aire que despierta la apetencia.

Surgen los colores de los frutos y hortalizas
como firmes pinceladas de un maestro…
ese Maestro Celestial que nos concede el fruto
en esta tierra bendita que se labra con esmero.

Es la casa donde el pueblo busca su sustento.
Unos, lo necesario para vivir, otros… para subsistir.
En sus patios se mezclan patrones y empleados
unos más… otros menos, pero con el mismo fin.

Es como una madre… que a todos sus hijos da,
es garantía de necesidad del hombre y animal
cuando ya no se les quiere más.
¡Es donde sobra generosidad para dar caridad!

La mercancía se pregona con espontánea alegría,
esa alegría que se extingue cuando la tarde muere
con el cansancio a cuestas de la labor cumplida.

Y así ...
también vuelve el miserable a su cobijo,
con la única esperanza que abriga en su alma
¡Que haya mañana... un nuevo día por vivir!
 

VEGA CENTRAL
Santiago- Chile



Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor
25 de julio 2011