sábado, 3 de octubre de 2009

DESDEN





DESDEN


Desdeñaste sin piedad mi mundo interior,
un mundo lleno de ternuras bien guardadas
en el baúl de febriles sueños de amor,

reprimidas en el espacio de la nada.
Caricias perdidas en el tiempo, el vacío
de una insoportable ausencia no deseada.

Demasiado me duele tu sentir impío
que se diluyeron, ¡todas mis alegrías!
Atribulado, mi corazón quedó umbrío.

Mis manos de alabastro,tan tristes y frías
se requiebran en las horas de plenilunio
sin sentir las tuyas, padecen agonías.

La pronta indiferencia ha sido mi infortunio
Ahora, vago taciturna, entre el delirio
de noches sin estrellas, ¡Eterno interlunio!


Irene del Carmen Vergara

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