NO TEMAS...
Cuando dices “no me olvides”
con esa voz tan llena de mansedumbre…
con la mirada compruebo
que todo mi espacio
está lleno de ti…
No sólo lo digo por las cosas
que guardan un instante preciso.
Sino, porque desde que tu nombre brotó
en la primavera de mi vida
iluminando mis días como un sol
relumbró la lozanía de mi jardín
y soterrado se instaló en mi mente
en un recoveco del laberinto.
Perseverante y silencioso
el paso del tiempo soportó.
¡Que no te olvide! Dices…
¿¡Cómo podría!?
Si cayeron las hojas del calendario
como las hojas de ¡tantos otoños!
y volvimos a encontrarnos
al doblar la esquina de la mocedad
en ese ir y venir de la vida
por las calles grises de la ciudad
donde se emulan los individuos
como entes sin esencia.
Y al volver a verte
un candil se encendió en mi pecho
para alumbrar la sonrisa
que retoñaba en mi memoria
como un nuevo amanecer,
un amanecer efímero…
tan breve como vida de mariposa.
y aun así… ¡no te olvidé!
Y hoy, quiero que sepas,
para que el temor no haga nido en tu fronda.
Ahora que nos alumbra la vida
este dorado y cálido sol otoñal,
que ya no es posible el olvido
cuando se ha compartido ¡tanto!
Días de recia tempestad
en que por poco naufragamos
en la vorágine de mi sentir.
Días de bonanza
pintados con los matices que solo el amor
reposado y maduro produce
bajo un diáfano cielo azulado.
¡Momentos que se han escrito
con tinta indeleble en el corazón!
Pronto llegará nuestro invierno
con sus vientos huracanados de afección
y resistiremos juntos la nevisca
que nos cubrirá de blanco los cabellos,
y en tus brazos amorosos
junto a tu pecho sentiré el calor
que me brinda tu amor benevolente.
¡Deja el desasosiego!
para vivir el resto de nuestros días con plenitud.
¡No temas que aquí me quedaré!
Pero tú,
tú mi dulce bien
¡Tú, no te vayas sin mí!
Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor
Mayo 2012
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