sábado, 10 de marzo de 2012

TANTO AMOR





TANTO AMOR...



Dicen que el amor... con amor se paga.
Entonces, con amor yo pagaré
todo el amor que tú me das…

Y para hacer tangible el sentimiento,
sólo he podido ofrecerte mi amor
en esa entrega total…

Porque…
En ese instante mágico de unión
te doy todo lo que soy y lo que fui,
¡Mi cuerpo, alma y corazón!

¡Todo lo que anhelo y lo que seré!
En ese instante... de goce infinito,
¡Mi vida entera te la doy!

¡Te regalo todo! ¡Mi hoy, mi mañana…!
La esencia de mujer enamorada
que florece entre tus brazos.

Fundida en el calor que emana tu piel
donde puedo mis ansias desleír
en la llama de tu amor

Porque…
¡Yo te amaré con la esperanza viva!
Con el espíritu que alienta mi ser
para amarte sin obstáculos…

Con respeto, prudencia y sensatez
sin cansancio, sin mentiras, sin miedo
procurando hacerte siempre,

¡Muy feliz!



Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor




YO QUISIERA...



YO QUISIERA…


¡Cómo quisiera abrazarte un día!
bajo mi cielo estrellado y el pálido reflejo de la luna,
sentir tu cuerpo fundido muy junto al mío
besar tus labios anhelantes, para desleír el hielo
que tengo aquí en el alma, presa en un espacio baldío.

Quisiera abrazarte y en ese abrazo, ¡olvidar todo!
Olvidar el tiempo que la distancia nos separa,
el silencio que ha enmarcado tu tristeza y la mía…
Olvidar en ese bello instante ¡cualquier enfado!
Cualquier contrariedad, aflicción o agonía.

¡Cómo quisiera sentir que tus brazos me aprisionan!
Quedarme quieta sintiendo tu agitado pecho,
mientras respiro esa esencia de tu piel morena
delirio de mis sueños, de mis noches solitarias,
tan suave y ardiente como las brasas.

¡Cómo quisiera! mitigar en ese abrazo intenso
las dolencias de la carne y las penas del alma
que tu ausencia deja anidarse aquí en mi pecho,
aplacar la pesadumbre que el corazón acumula
y entregarnos todo el amor que nos tenemos.

¡Abrázame amor mío, abrázame con fuerzas!
para desvanecer los fantasmas de mis noches
y soñar despierta en el amparo de tu pecho
y al arrullo que me regalará tu deliciosa labia
mientras acaricies tiernamente mis cabellos.

Concédele a mi corazón atribulado la alegría
de tenerte entre mis brazos algún día…
Y sellar en un abrazo este amor tuyo y mío.
¡Abrázame mucho! ¡Abrázame por siempre!
¡Abrázame amor, por el resto de nuestras vidas!




Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor



¡ ES MI ALMA...!



¡ES MI ALMA...!



Cuando se desvanecen los colores del día
se encienden las luces para alumbrar el recuerdo,
que irá diluyendo de tu pecho la agonía
de la ausencia en la que yo me pierdo.

Tras el velo de la conciencia crepuscular
sentado frente a la ventana , te quedas absorto,
con la mirada perdida en el brillo lunar...
en la ruta por la que yo me transporto.

¡No temas si el corazón palpita acelerado!
ni tampoco si un escalofrío te sacude
o si tu cuerpo inmóvil, se siente acalorado.
¡Es mi alma que a tu llamado acude!

¡Es mi voluntad! la que emigra hasta tu morada,
liberando esa aroma que trae tus delirios.
¡Es la fragancia de la mujer enamorada!
oculta en el perfume de los lirios

Me regocijo placida en tu reminiscencia
porque en ella somos los amantes inmortales,
que en el mismo pensamiento encuentran la evidencia
para poder cruzar los umbrales.

¡No temas amor, al crepúsculo de la vida!
Cuando escuches en el viento nuestra melodía...
no habrá nada ni nadie en este mundo que impida,
¡Unir por siempre tu alma y la mía!



Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor

VIVE

VIVE PARA MI

¡Aférrate a la vida, Vida Mía!
Aférrate a los lazos del amor
allí está lo mejor de la alegría
¡Es el propósito del creador!

Si mis ojos tu padecer mitigan,
¡Es el amor que se refleja en ellos!
Que a tu cansado corazón instigan
a soñar con los momentos bellos.

¡Somos la pócima de amor que cura!
¡Antídoto para nuestra tristeza!
Es esa dulce alianza que conjura
para soportarla con entereza.

Por eso yo evoco tu dulce labia,
para sentir que vivo mientras muero
por esta lejanía que me agravia
y el tiempo implacable, ¡que no tolero!

¡Entonces vive! ¡Vive Vida Mía!
que no hay ausencia con el alma unida
que el corazón no sienta día a día
como vibra la verdad consabida.

Irene del Carmen Vergara