TRIBULACIÓN
¡Me duele tu tristeza!
Me duele no mitigar esa pena
enraizada en tu pecho,
¡Tan enraizada como la mía...!
Maldita, a veces…
añejecida en el alma...
¡Tan tuya...!
Y... ¡tan mía...!
Esa tristeza que nos define
y nos confina.
Esa tristeza que nos lleva
hacia lo profundo,
hacia el vacío... al silencio...
A ese silencio del alma
que a veces surge
como un grito desgarrado.
Ese tormento que no pasa...
que permanece agazapado
esperando manifestarse…
¡Sarcástico…! ¡Execrable!
¡Como una mancha negra
cubre el arco íris de la vida!
Tinta que emborrona tu figura y la mía
en la oquedad de la existencia…
¡Tú buscas un arcoíris...!
Yo… ¡La luz!
Y sólo deseo que en ese andar
nos encontremos en el umbral
y de tu mano ver... ¡el mundo de color!
Irene del Carmen Vergara
2 de Octubre 2011
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