EL REGALO
Como aguja en un pajar
busque las semillas para el jardín,
entre espinas y matorrales
que me impedían ver.
Una a una con cuidado las planté
esperando verlas algún día florecer,
con ese afán mi tristeza acallé...
¡ Y tu ausencia logré absolver!
¡Con cuánto esmero las cuidé!
Y más de alguna vez…
con mis lágrimas las regué
por haber perdido mi lucidez.
¡Siento en el alma destemplanza!
por vivir tanto tiempo al raso,
soportando la tardanza
que mortifica en cada ocaso.
La morada ya no abriga…
¡Tan solo quedan ruinas!
y la pena a veces nos obliga
a doblar otras esquinas.
No poseo más riqueza
que la que llevo en el corazón,
ni más fortuna
que la que Dios me dio.
¡Pero todo cuanto hago!
Está hecho con amor,
pues sé que solo una vez
por este mundo pasaré.
Recibe con complacencia
el presente que aquí te entrego,
concebido fue con benignidad
y con el sentimiento a flor de piel.
Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor
2012
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