domingo, 30 de octubre de 2011

RITO DE AMOR



RITO DE AMOR




Mágica es la penumbra donde nos refugiamos
en el místico silencio en el que nos unimos,
con el alma y el cuerpo nuestro amor consagramos
para entregarnos íntegro este amor que sentimos.

Me saco apresurada la diaria castidad
y me desvisto feliz del miedo y el pudor,
y para deleitarme de nuestra intimidad
me cubro con un manto de lascivia y fervor.

Solo tu respiración quebranta la quietud…
tu mirada recorre absorta mi desnudez,
¡Tiemblo anhelante, ávida! Clamando prontitud
y al mirarme en tus ojos cae la timidez.

La fragua está encendida, nuestra pasión alumbra,
dos siluetas atadas danzan vertiginosas…
dos cuerpos se fusionan y el deseo se encumbra,
¡Se deslizan las manos suaves y deleitosas!

Peregrino en tu cuerpo con mi boca sedienta,
sorbo de tu suave piel las gotas del deseo
que mana el hontanar que fecundo me alimenta,
¡Venturosa soy cuando tu dicha saboreo!

Bajo la candente luz de tu encendido cirio
subyugada yo claudico a tu virilidad
que alumbra mis entrañas, llevándome al delirio…
¡Liberas cadencioso, toda mi acuosidad!

Y acallas mis gemidos con tu boca jugosa,
el éxtasis que causa nuestra sensualidad.
Y me coronas cuando tu deleite rebosa
y guardo en mí tu esencia… ¡Estigma de saciedad!




Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor
2011

martes, 4 de octubre de 2011

Alas Cegadas



ALAS CEGADAS



Como un pájaro libre quiso surcar el cielo
y cubriendo su cuerpo de las mejores galas,
para que todos vieran el asombroso vuelo
con mágicos colores ella extendió sus alas.

Él quedó taciturno sin poderlo explicar
con la copa del adiós temblando entre sus dedos.
Le pregunto al licor ¿Por qué quería volar?
A esa tierra lejana de diferentes credos.

Y cayeron las hojas tapizando su pena
esperando el regreso del amor de su vida,
de noche deliraba al imaginarla ajena
y sus ojos lloraban al saberla perdida.

Atravesó el espacio sonriéndole a la luna
como ave peregrina con la ilusión prendida,
¡Como sol en su pecho reluce en noche bruna
la promesa pactada que le concede vida!

El rigor del invierno deterioró sus alas
un ráfaga de dudas sembrada en el camino,
manía y desconfianza fueron certeras balas
que tumbaron su vuelo mutilando el destino.

La cretina utopía tuvo pronto un final.
¡Yace ahora arrepentida del sueño de volar!
Moribunda reposa quieta en el arenal
y acongojada quiso sus alas arrancar.

Ha vuelto la quietud y clamando su verdad
exhibe la señal que las alas se ha cortado,
Vuelve a lo que fue suyo clamando por piedad,
¡Nunca más ha de volar…! ¡Tras un sueño errado!



Irene del Carmen Vergara
Derechos de Autor
Junio 2011